Comuna Hippie en una Alpujarra Granadina

Por Andrea Valladolid Ruipérez

¿QUÉ ES LA CULTURA HIPPIE?

La subcultura hippie surgió en Estados Unidos en los años 60. Bajo los principios de “paz, amor y libertad personal”, este movimiento juvenil se opuso a los valores de la clase media, al nacionalismo, a las armas nucleares y a la guerra de Vietnam. Los hippies consideraban que su sociedad era corrupta y defectuosa por lo que trataron de sustituirla por otra utópica basada en comunas.

Desde su surgimiento en los años 60, las comunas rurales hippies atrajeron a los medios de comunicación e incluso se convirtieron en un nuevo campo de investigación. Según algunas tesis desarrolladas, los centros urbanos hippies se transformaron en lugares de drogadicción, crimen callejero y represión oficial. Por ello, muchos hippies huyeron al campo para situar allí su nuevo centro de reunión, que se acabó siendo un centro de vida.

A partir de 1967 este movimiento contracultural se extendió al resto del mundo. A España llegó con retraso y su penetración en la sociedad juvenilbeneficio13 fue menor, dado el régimen dictatorial que regía en aquellos años. Sin embargo, en los 70, Ibiza y Formentera se convirtieron en los centros del movimiento hippie en Europa, ya que estos se consideraban lugares abanderados de la libertad de expresión y pensamiento. Los peluts, nombre que la gente local utilizaba para denominar a los integrantes del movimiento, vivían gracias a los mercadillos ambulantes, las exposiciones de arte, los encuentros culturales o las degustaciones de comida macrobiótica. Todavía hoy existen dos mercados hippies en la isla: Punta Arabi en Es Cana y Las Dalias en San Carlos.

BENEFICIO: LA COMUNIDAD RAINBOW MÁS GRANDE DE EUROPA

Las únicas comunas hippies que se mantienen en España se localizan en la Alpujarra granadina de Órgiva. Un pequeño valle bañado por un arroyo de agua dulce rodeado de eucaliptos y pinos. Muchos de sus integrantes llegaron a esta localidad en los años 70, cansados del elevado número de turistas que viajaban a Ibiza: “Yo estuve en Ibiza hasta que fue insoportable. Mucha gente, mucho turismo, precios caros…” – comenta una parisina hippie que se integró en estas comunas granadinas hace unos 35 años.

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Una pareja inglesa fundó la primera comunidad en 1978. Ese mismo año, la parisina llegó a Órgiva y se encontró una Alpujarra “con las casas derruidas, sin electricidad y solo senderos”. Así, comenzaron a construir una minicomunidad autosuficiente. Toda su comida procedía de la tierra, utilizaban las plantas como medicina y para la fabricación de perfumes y jabones, y dedicaban su tiempo libre al campo, la meditación y la artesanía. Los tres asentamientos hippies de Órgiva, Beneficio, Los Cigarrones y El Morreón, fueron creciendo y esta Alpujarra granadina se convirtió en una localidad de referencia para el movimiento. La ilegalización en Reino Unido en los años 80 del fenómeno de los traveller – jóvenes que viajaban en autocaravanas y furgonetas montando campamentos y festivales de música – contribuyó en gran medida al poblamiento de estas comunas.

Su comunidad más conocida se llama Beneficio. Esta es una Rainbow Family (familia arcoíris), movimiento hippie que surgen en 1972 en Estados Unidos. Sus integrantes proclaman la no violencia, la vida en libertad y en armonía con la naturaleza,  y la ausencia de jerarquías. Estefanía, una de las veteranas, defiende que en la comunidad aceptan a cualquiera que respete sus normas: “Ni alcohol, ni drogas duras, ni armas, y total respeto por la naturaleza”. No aceptan la discriminación por raza, sexo o religión, pero sí cualquier credo. Los únicos símbolos que tienen son orientales, hinduistas y budistas.

Otra de las normas no escritas de Beneficio es compartir alimento. En su dieta no hay excesos, no se permite la carne y todo procede de la tierra beneficio10(aunque algunos consumen huevos y lácteos), algo que puede verse en los fibrosos y esbeltos cuerpos de aquellos que forman parte de la comunidad Rainbow más grande de Europa. Además, sus letrinas son fábricas de compost para abonar los huertos. El papel higiénico, por ejemplo, no está permitido ya que consideran que los químicos de la celulosa contaminarían los excrementos usados para el abono de los huertos. Así, los hippies se lavan únicamente con agua, ya que el champú y el gel están también prohibidos.

Después de realizar las comidas comunitarias, los hippies pasan “el sombrero mágico” en el que cada uno, de manera voluntaria, aporta el dinero que quiere o puede para los gastos. Otro de los fundamentos de la comunidad Rainbow es la asamblea circular, tipi o Big Lodge, en la que toman todas las decisiones por consenso: Cada uno dice su opinión cuando les llega el talking stick (palo que habla). Allí, también comen en familia o improvisan por las noches sus sesiones musicales.

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Los integrantes de Beneficio, no rechazan la tecnología. Utilizan su propia página web para convocar encuentros, muchos hogares tienen electrodomésticos que se alimentan de paneles solares, utilizan el butano para encender hornos y calentar duchas, y la tele, el ordenador o las videoconsolas no son extrañas para los más pequeños. Más de un centenar de niños nacieron en Beneficio. Una de las madres asegura: “Comen muy bien, están limpios y sanos, son felices”.

Las tres “re”: reciclar, reparar y reutilizar son tres máximas de la culturabeneficio04 ecológica y alternativa de la comuna. En el mercadillo de Órgiva de los jueves, el reciclaje llega a su máximo apogeo. Además, todos los habitantes de Beneficio trabajan. Unos cuidan el huerto, otros hacen piezas de artesanía y muchos se dedican a la música, aunque casi todos saben tocar algún instrumento.beneficio11

María Ángeles Blanco, alcaldesa de Órgiva, explica que, aunque al principio la cultura de estas comunidades les chocaba un poco, pronto vieron en ellas más aspectos positivos que negativos. La alcaldesa resalta el efecto tan provechoso que tienen para la multiculturalidad de Órgiva: “Una amiga de mi hijo es de origen inglés y está casada con un alemán. Pues su hija de tres añitos habla alemán con su padre, inglés con su madre y español con sus amigos y vecinos. ¡Tres lenguas nativas en un pueblecito perdido en la montaña!”

El valle de Beneficio no figura en los mapas. La única manera de llegar a él es cruzar uno de los caminos de tierra que brotan de la carretera comarcal que une Órgiva con Cañar, las dos localidades entre las que se encuentra la comuna. Esta está dividida por una senda principal que comienza en un parking y acaba en un manantial. A los lados del sendero nacen otros secundarios que llevan a los domicilios de los habitantes: “En Beneficio todo se hace en comunidad, pero aquí cada uno vive en su casa, aunque nos reunimos para celebrar cumpleaños y otras fiestas” – explica el inglés Liam.

Un cartel en el camino dice: “El valle de Beneficio está lleno de todo. Aprender de ti mismo para saber lo mejor para ti, para tener un viaje beneficioso”. Unas doscientas personas viven en Beneficio durante todo el año. Otros sólo están de paso y se quedan en tiendas de campaña. Sin embargo, todos ellos aseguran haber vivido un viaje totalmente enriquecedor.